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En las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del XX casi cuarenta ciudades españolas contaban con un teatro-circo. Aunque en nuestro país se levantaron más de sesenta edificaciones de este tipo, tan sólo una ha llegado al siglo XXI en pleno funcionamiento y con su doble uso: el Teatro-Circo de Albacete. En los programas de mano del espectáculo “Estrellas del Circo” (febrero 2007) y de la primera edición del Festival Internacional del Circo (febrero 2008), el historiador Antonio Caulín y otros autores ya abordaron la historia de este emblemático espacio escénico. Le invitamos a un recorrido por la geografía española para descubrir los teatro-circo.
Albacete
Entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX casi cuarenta ciudades españolas contaban con un teatro-circo. Aunque en nuestro país se levantaron más de sesenta edificaciones de este tipo, tan sólo una de ellas ha llegado al siglo XX en pleno funcionamiento y en su doble uso: El Teatro Circo de Albacete, que en 2011 celebrará sus 125 años de vida como espacio dedicado a los espectáculos teatrales y circenses. El estreno se produjo el 7 de setiembre de 1887 con la zarzuela “El diablo en el poder”, escrita en 1856 por Francisco Camprodón con música del maestro Barbieri.
En torno a una estructura cubierta y varias pilastras de hierro rematadas en capiteles nazaríes granadinos con arcos decorados con relieves neo-mudéjares, el Teatro-Circo de Albacete se levantó en unos meses por una sociedad albaceteña de fomento de las artes, tiempo record para la época. Hasta 1919 conservó su aspecto original de teatro y circo, fecha en que se adaptó la sala a la italiana con plateas y se cegaron los arcos con una artística bóveda a la vez que desaparecía la pista.
En 1985 cerró sus puertas por jubilación de su gerente tras una época de esplendor como sala teatral y cinematográfica y estuvo abandonado a su suerte hasta 1994, fecha en la que se logró la compra del inmueble por el ayuntamiento. Hasta 1999, en que se logró el pago de las obras por la Junta de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Fomento, no se comenzó su rehabilitación.
La ciudad insistió en no perderlo y se constituyó desde la sociedad civil albacetense, una Asociación de Amigos de los Teatro-Circo, que aconsejó a las instituciones públicas para su rápida rehabilitación y planteó la recuperación de la pista de circo. Finalmente, el 9 de septiembre de 2005 la Reina de España lo reinauguró con la actuación del Ballet Nacional, recuperando, en gran parte, el aspecto que tenía la sala hace 120 años.
Barcelona
En Barcelona el Teatro-Circo Barcelonés se empezó a construir en octubre de 1851, bajo un proyecto de Antonio Rovira i Trias, en los terrenos de la empresa Kennett de la calle de Montserrat, y fue inaugurado el 12 de enero de 1853. A partir de 1857 el empresario circense Thomas Price instala en él su compañía alternando de este modo sus jinetes y gimnastas entre Barcelona y Madrid.
En otoño de 1860, la instalación en la ciudad del Gran Circo Royal de Gaetano Ciniselli, con un espectáculo mejor que el de Price, supuso una dura competencia.
El Teatro-Circo Barcelonés sufrió un devastador incendio la noche del 28 de abril de 1863. Por problemas con la aseguradora, las obras de reconstrucción, con un proyecto de Josep Fontserè, no empezaron hasta 1865, y duraron cuatro años. Reinaugurado el 25 de noviembre de 1869, durante el siglo XX fue conocido como “el coliseo de las variedades”, y destacó por numerosos espectáculos de flamenco. Expropiado, cerró definitivamente sus puertas el 2 de junio de 1944.
El otro gran Teatro-Circo de la ciudad fue el Olympia, uno de los mayores y mejor dotados circos estables de Europa. Inaugurado el 4 de diciembre de 1924, el edificio de la Ronda de Sant Antoni fue diseñado por el arquitecto Francisco Folguera y construido por la empresa Pascual Oliva. La sala, en forma de anfiteatro, presentaba un aforo de seis mil espectadores y contaba con un escenario de doble foso y una pista acuática semejante a la del Nouveau Cirque parisino. Hasta su última función, el 28 de febrero de 1947, desfilaron por la pista del Olympia las mejores atracciones europeas.
Reus, Mataró y Vilanova i la Geltrú
Fuera de Barcelona, tres localidades catalanas contaron con un Teatro-Circo en su trazado urbanístico: Reus, Mataró y Vilanova i la Geltrú. En Reus, el Teatro-Circo de La Sociedad El Círcol, se inauguró en 1901 y a partir de 1906 empezó a ofrecer sesiones de cinematógrafo. En Mataró el Teatro-Circo Clavé fue regentado de 1915 a 1918 por el empresario textil Josep Pruna i Verónica. Por último, el Teatro-Circo Apolo de Vilanova i la Geltrú fue proyectado por Francesc Caba y Joan Ventosa e inaugurado el 20 de mayo de 1899. A partir de octubre de 1960 el Apolo permanecerá cerrado hasta ser pasto de las llamas durante la noche del 1 de febrero de 2005.
València
En València se levantaron hasta siete teatro-circo. Uno era el Teatro-Circo Colón (inaugurado el 6 de diciembre de 1883 y derribado en 1890), situado frente al edificio que actualmente es el primer Corte Inglés de la ciudad. Otro fue el Teatro del Circo español (1869-1875). Estaba emplazado en la calle de la Paz, al lado de la glorieta, donde después se ubicó el Tribunal Tutelar de Menores. También pervivió durante algunos años el Teatro-Circo de la Exposición Regional, diseñado por Francisco Almenar Quinzà (1876-1936). Como es evidente formaba parte de los pabellones de la Exposición Regional de 1909. Fue construido un año antes y derruido en 1911. Otro recinto de características semejantes en València fue el Trianón Palace, un teatro-circo proyectado por Javier Goerlich, ayudado por José Benlliure hijo en la parte artística. Contaba con una sala rectangular. Estuvo situado en la calle Ruzafa (entonces Pi y Margall, esquina con la calle Santa Clara). Se alzó en el solar del Convento de Santa Clara, el de las religiosas capuchinas de clausura, que tuvieron que abandonarlo por la Desamortización de Mendizábal en 1835. El edificio, con unas dimensiones de 50 metros por 18 de ancho, presentaba una cubicación total de 1.700 metros. Fue inaugurado el 5 de diciembre de 1914. Al principio funcionó para circo y variedades; después, en 1916, el maestro José Serrano reformó la sala y el escenario, cambiándole el nombre por Teatro Lírico, donde estrenó con éxito varias de sus obras. El Trianón Palace contaba con un aforo para 1.548 espectadores, repartidas entre la planta baja, con 1.078 butacas de patio, y la zona general, con otros 470 asientos. En la temporada 1920-21 los problemas administrativos provocaron su conversión en cine. El 11 de enero de 1948 cerró definitivamente, siendo derribado para construir un inmueble comercial. Por último, en 1916, coincidiendo con la Feria de Navidad, se inauguró el Teatro-Circo Regües, con una capacidad para 2.000 espectadores. En el transcurso del año siguiente se desmanteló la pista y se construyó el escenario para representaciones teatrales. Estaba situado en la replaceta de la antigua Estación de Sant Francesc; esto es, en la Plaza Emilio Castelar, junto a la calle de la Ribera y frente al inicio de las calles Pi y Margall y Lauria. Se derribó en abril de 1925. A su vez, tenemos también constancia de los teatro-circo Apolo y Pizarro.
Vila Joiosa, Alcoi, Dènia, Alacant, Xàtiva
Existen datos de otros teatro-circo en el país valenciano: en Vila Joiosa (levantado en 1868 y derruido en 1916, fue una construcción de madera que se destruiría para la construcción de embarcaciones), en Alcoi (1903), en Dènia (inaugurado en 1895 y llamado en sus orígenes Circo Ecuestre, fue construido por el carpintero Esteve Pérez, y en la década de los sesenta se convirtió en cine), en Villena (construido en madera, de planta hexagonal, 1885-1909) y en Requena (inaugurado en 1905, se utilizó como circo en contadas ocasiones; la última vez fue en el año 1932, con la compañía circense Romero). En Alacant, en las décadas ochenta y noventa del siglo XIX coexistían dos teatro-circo: el Circo Viejo y el Circo Nuevo. De vida efímera, el Teatro Polo (1894-1897) del contratista D. José Jover Polo, en el barrio alicantino de Benalúa, también presentaba una estructura de teatro-circo. En Xàtiva existió desde 1773 una casa de comedias que fue sustituida a principios del XIX por un teatro-circo municipal, que fue vendido en 1905 y revendido tres años más tarde para instalar una fábrica de licores.
Orihuela, Cartagena, Murcia, El Algar, Mazarrón, Totana
Todos estos edificios no han llegado a nuestros días, tan sólo sigue en pie el bonito Teatro-Circo Esquer de Orihuela, inaugurado en abril de 1908, si bien la restauración a la que fue sometido (1995) anuló su posible uso como circo.
Y es que la región murciana también fue rica en teatro-circo. El de Cartagena fue inaugurado el 31 de mayo de 1879. Su interior contaba con 42 columnas decoradas en estilo árabe. A los 10 años de su inauguración se hicieron obras para sustituir su techo de lona. En el año 1935 sufrió otra remodelación. El Teatro-Circo estuvo funcionando hasta 1968, cuando con el libreto “Adiós Teatro-Circo” y con la representación de “La Parranda”, con Marcos Redondo, baja el telón para su nueva construcción. El día 3 de octubre de 1970 fue reinaugurado el Nuevo Teatro-Circo actual que, desgraciadamente, de Circo ya no tiene más que el nombre y el recuerdo.
En Murcia el Teatro-Circo Villar fue un encargo de Enrique Villar Bas al arquitecto de Hellín Don Justo Millán Espinosa (1843-1928), autor de la remodelación del Teatro Romea (1899) y de la plaza de toros de Murcia. La función inaugural, celebrada el 5 de noviembre de 1892, corrió a cargo de la ilustre Compañía circense de Gil Vicente Alegría y de su mujer, Doña Micaela. De planta dodecagonal de 40 metros de diámetro, el edificio ofrece una cúpula de hierro roblonada con cubiertas de madera y bellas barandillas de forja policromada. Cerrado desde 1984 y abandonado a su suerte, en febrero de 2007 el arquitecto Vicente Pérez Albacete presentó, junto al alcalde de Murcia, el proyecto de remodelación y rehabilitación del edificio, en el que han colaborado como técnicos en materia escénica César Oliva y Francisco Leal. Así pues, en 2010 el Centro Experimental y Alternativo de Artes Escénicas de Murcia podría abrir sus puertas en este emblemático espacio
En situación de abandono y a la espera de una pronta restauración, se encuentran el Teatro-Circo Apolo de El Algar (pequeña aldea muy cerca de La Unión y del Mar Menor), que se inauguró en 1905 y es obra del arquitecto Pedro Cerdán, y el Teatro-Circo de Mazarrón, ambos –junto con el Villar- inscritos en el catálogo de monumentos de Murcia. A principios del siglo XX existió también un Teatro-Circo en Totana.
Almería, Málaga, Cádiz, Sevilla, Puente Genil
También hubo teatro-circo en cinco ciudades andaluzas. En Almería, el Teatro-Circo-Variedades estaba situado en la actual ubicación de la Delegación de Hacienda y el Hotel Costasol en pleno Paseo de Almería. En él se representaron espectáculos de circo y de teatro, y fue pionero en la ciudad del llamado cine mudo o silencioso. En Málaga el Teatro-Circo de la Victoria fue diseñado por José García Muela y estaba emplazado al principio de la calle Cristo de la Epidemia. En su escenario tenían lugar una serie de espectáculos públicos: teatrales, ecuestres y gimnásticos. A partir de 1864 se derribó el escenario y se adaptó como plaza de toros, con un aforo para 2.500 espectadores. Tras numerosas quejas vecinales, por su estado ruinoso, el edificio vio su fin en 1881. La historia de la ciudad de Cádiz cuenta con cuatro teatro-circo: el «Olimpia» de 1846, situado en el patio del Hospital de Nuestra Señora del Carmen; el «Teatro-Circo Romea», de 1872, en la Plaza de Topete; el de la Plaza de Candelaria, de 1881, llamado «Circo de Ambos Mundos» o el de la Plaza Jesús Nazareno, el «Circo-Teatro Gaditano». En Sevilla, edificado en el templo de San Miguel, entre las calles Trabajo y Jesús del Gran Poder, existió el Teatro-Circo del Duque a partir de 1866. A pesar de que en su forma de circo no duró más que una temporada, como teatro acogió largas temporadas de la compañía de variedades encabezada por Ramper. Tras años funcionando como cine, el edificio fue demolido en 1938. El actual teatro de Puente Genil (Córdoba), inaugurado en 1902, a pesar de no presentar forma de teatro-circo lleva aún este nombre en recuerdo del antiguo Teatro-Circo de Rivas y Solís, que se incendió el 4 de febrero de 1893 quedando totalmente destruido.
Ciudad Real
Junto con el de Albacete, el otro teatro-circo de Castilla-La Mancha era el de Ciudad Real. Conocido como Teatro-Circo o Teatro de Verano, ocupaba un extenso solar en la calle de Alarcos. Desde su fundación a finales del s. XIX, hasta el mes de marzo de 1901, se hallaba cubierto solamente por una marquesina. En dicho año se realizaron importantes reformas, cubriéndolo completamente. Más tarde pasó a denominarse Teatro Cervantes, una vez desaparecido su homónimo de la calle de Toledo.
Madrid
En Madrid, el Teatro y Circo del Príncipe Alfonso, proyectado por José María Guallart en 1861 siguiendo el modelo del Circo de los Campos Elíseos de París, presentaba unas dimensiones y una capacidad considerablemente mayores que su modelo parisino. La originalidad del edificio radicaba en la disposición de la sala, flanqueada por dos pabellones alargados que albergaban las caballerizas y unos salones para café y descanso del público. Estaba situado junto al Palacio de los Duques de Medinaceli, en el Paseo de Recoletos. En 1870 fue reformado para adaptarlo a otros usos, mediante la incorporación de un escenario. Se convirtió en el teatro de moda durante bastante tiempo, y en él se organizaron todo tipo de espectáculos, en especial zarzuela, teatro por horas, magníficos bailes y los famosos conciertos de primavera que se iniciaron en 1866, dirigidos por Barbieri. También en Recoletos se hallaba el primero de los tres Teatro-Circo Price con los que ha contado la capital de España. Creado por Thomas Price en 1868, se trataba de un barracón de madera de armadura poligonal y obra del arquitecto Pedro Vidal. Tras la demolición del edificio la compañía se trasladó a otrol nuevo diseñado por Agustín Ortiz de Villajos, en la Plaza del Rey, en el mismo terreno que ocupó el Teatro del Circo. Poco antes de su apertura en 1880 murió Price, y Matilde Fassi, hija adoptiva de Price, pasó a encargarse del seguimiento y dirección del proyecto junto con su esposo, hombre de confianza de Price, el caballista William Parish. El Price de la Plaza del Rey contaba con noventa años de historia de circo cuando su demolición en 1970. Los empeños de su último empresario, Arturo Castilla, hicieron posible el nuevo edificio Price de la Ronda de Atocha, que ofreció su primera función el 27 de diciembre de 2006.
Lugo, A Coruña, Ferrol, Vigo
En Galicia descubrimos la existencia de cinco teatro-circo. De estilo neo-árabe, el Teatro-Circo de Lugo (1896) fue obra del arquitecto municipal Álvarez de Mendoza. En junio de 1921 el edificio sufriría numerosas modificaciones y pasaría a denominarse Teatro Principal, hasta que en 1940 se edificaría, sobre éste, el Gran Teatro lucense. Por su lado, el 11 de abril de 1903 abrió sus puertas al público el nuevo Teatro-Circo Emilia Pardo Bazán de La Coruña. El Teatro-Circo estaba emplazado donde hoy se encuentra el edificio de la Junta de Obras del Puerto. Tras su adquisición, el ayuntamiento de la ciudad derribó el edificio el 10 de setiembre de 1915. Con anterioridad a este edificio existió en la ciudad el Teatro-Circo Coruñés en la plaza de María Pita. Ferrol también contó con su Teatro-Circo, ubicado en la calle de la Iglesia –donde hoy se encuentra el Mercado Central- se inauguró el 11 de julio de 1879. Fue diseñado por el arquitecto Manuel Pradenhes para sustituir al Teatro Principal, que ya no reunía las condiciones de seguridad mínimas. Se trataba de un edificio exento, enteramente de madera, que daba cabida a 1.104 espectadores. En Vigo existió el Teatro-Circo Tamberlick que sería reconvertido en cinematógrafo.
Avilés, Gijón
En Asturias nos encontramos con dos casos: en Avilés, el Teatro-Circo Somines, inaugurado en 1887, ocupaba un solar de la calle Cuba, próximo al Parque del Retiro (actual zona de Las Meanas) y permaneció en pie hasta que una bomba lo destruyó por completo durante la Guerra Civil. En Gijón el Teatro-Circo Obdulia en los Campos Elíseos, en el barrio de La Arena. Su arquitecto, Juan Díaz, se negó a aceptar ninguna cantidad por la obra y, por ese motivo, el teatro recibió el nombre de “Obdulia” en honor de su hija. Con un aforo de 680 butacas, 45 palcos y 1.200 asientos de galería, desapareció en 1964. Durante una etapa fue gestionado por el empresario Don Manuel Sánchez Dindurra, el cual también se encargaba de la Plaza de Toros de la localidad.
Castro Urdiales, Donosti, Bilbao
Cantabria contaba con un único teatro-circo, el de Castro Urdiales (1906-1985) de planta circular, situado en la calle La Ronda. En el País Vasco existieron el Teatro-circo Coliseo, en Donosti, y el del Ensanche, en Bilbao (1886-1914). En el primero debutó a los ocho años la bailaora La Argentinita. El segundo estaba situado en el solar delimitado por las calles Elcano, Licenciado Poza y General Concha.
Pamplona, Zaragoza
Navarra contaba con el Teatro-Circo Labarta de Pamplona, situado en el número 67 de la calle de la Estafeta, en el que actuaron compañías procedentes de los circos de Burdeos. En Zaragoza el Teatro-Circo (1887-1963) fue proyectado por el arquitecto Ricardo Magdalena y estaba situado en la calle de San Miguel. No se debe confundir con el Teatro Iris de la misma ciudad ,que también ofrecía temporadas de circo.
Ciutat de Palma, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de La Palma
El Teatro-Circo no fue sólo un fenómeno peninsular, sino que tanto en Canarias como en Baleares podemos hablar también de este tipo de edificación. En Palma de Mallorca el primer Teatro-Circo Balear fue inaugurado en diciembre de 1875, construido por Tomàs Abrines con el asesoramiento de Joaquim Pavia y estaba ubicado en el espacio conocido hoy con el nombre de S’Hort del Rei. El edificio de madera (16 metros de altura por 36 de diámetro) fue derribado en junio 1900 para construir en su solar el Teatro Lírico, propiedad de Josep Tous Ferrer. Este mismo empresario teatral fue quien, años más tarde, en la plaza Rosellón, construiría el segundo Teatro-Circo Balear (1908). Hasta su conversión en cine (1980) y más tarde en bingo, el Balear acogía dos compañías de circo al año, una en navidad y otra en primavera: las del empresario Luis Corzana, primero, y luego las de los señores Manuel Feijóo y Arturo Castilla. En Las Palmas de Gran Canaria existió el Teatro-Circo del Puerto de la Luz en la Isleta (calles Albareda y Juan Rejón), destruido en la década de los 80 del pasado siglo. Por último, el Teatro-Circo de Marte en Santa Cruz de La Palma dio respuesta en 1817 no sólo a los amantes de las artes circenses y teatrales, sino también, y muy especialmente, a los de las peleas de gallos, tan típicas en esas latitudes. Entre 1914 y 1918 el edificio vivió su primera rehabilitación relevante, perdiendo su planta primitiva y adecuándose únicamente a la actividad teatral. En 2008 se reinauguró este teatro tras una rehabilitación que, a diferencia de Albacete, no ha devuelto su función original de circo.
Tras este breve repaso a los diferentes Teatro-Circo que existieron en nuestra España, sorprende comprobar que de los sesenta edificios correspondientes a esta tipología tan sólo cuatro han llegado a nuestros días (El Algar, Orihuela, Murcia y Albacete) y tan sólo uno (Albacete) en su doble función original apto para representaciones teatrales y espectáculos circenses. La pobreza de los materiales constructivos de algunos, la obligación del cumplimiento con las nuevas normas de seguridad, el auge del cinematógrafo, la especulación inmobiliaria del centro de las capitales y, sobre todo, la generalización del uso de carpas ambulantes por las compañías de circo provocaron la agonía y posterior desaparición de tan bellos edificios circulares. Aún hoy se teme el derribo del Teatro-Circo de El Algar (Mar Menor), que clama por su restauración.
Genís Matabosch.
Director del Festival Internacional de Payasos de Cornellà de Llobregat y del Festival Internacional del Circo Ciudad de Albacete.
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